¿Recuerdan el titular que se publicó en casi todos los periódicos en agosto que decía «El Festival de Música de Canarias recuperará en 2018 las orquestas de renombre»?

El Festival de Música de Canarias se recuperará

Todo comenzó cuando el siete de agosto de 2016 se reunía el Presidente Fernando Clavijo con la Comisión Asesora del Festival de Música de Canarias para analizar la programación presentada y el proceso de mejora. ¿Qué ocurrió en esa reunión?

Si nos fiamos de la nota de prensa publicada por la agencia EFE, de la que se hicieron eco todos los grandes medios de comunicación y que la repicaron tal cual como fue el caso de La Opinión, parecía que el ejecutivo quería dar marcha atrás en las mejoras desarrolladas y hasta el mismísimo director pedía perdón. El titular era «El Festival de Música de Canarias recuperará en 2018 las orquestas de renombre» y en el artículo se afirmaban cosas como:

  • «…no hay margen de maniobra para cambiar la programación y añadir alguna sinfónica internacional…»
  • «…la consejera ha reconocido que a la Comisión Asesora del festival le preocupan los cambios realizados»
  • «…no tener en su programa a ninguna gran orquesta sinfónica internacional no va a dar buenos resultados»
  • «…el nuevo coordinador del Festival Internacional de Música de Canarias, Nino Díaz, ya ha pedido disculpas a los abonados que se hayan sentido ofendidos por sus manifestaciones en la polémica abierta en torno a la programación de 2017»

Este comunicado daba a entender que el Gobierno se arrepentía de los cambios propuestos y que serían enmendados lo antes posible…

Pero en Canarias Cultura publicábamos que el «Presidente Clavijo apoya la programación del Festival de Música de Canarias» y que “se reconoce la labor desarrollada por los anteriores gestores, cuya profesionalidad está perfectamente avalada por la longevidad de nuestro Festival, pero este Gobierno optó por realizar un cambio en la dirección del FIMC para poder acometer con calma, pero sin pausa, las medidas para lograr ese objetivo de mayor proyección y alcance de esta cita y, todo ello, desde el más puro ejercicio de responsabilidad con los fondos públicos que se administran”.

El tiempo todo lo pone en su sitio y queda claro que el Festival ha iniciado un proceso de mejora e innovación auspiciado por el Gobierno de Canarias que ya no tiene vuelta atrás y que cuenta con un amplio apoyo de la ciudadanía. El cambio adelantado ya entonces por la consejera, y ahora confirmado para la Comisión Asesora del FIMC, es solo una muestra más y todo lo demás solo son confabulaciones y manipulaciones de los largos hilos que tienen los nostálgicos en los distintos medios de comunicación y hasta en los puestos responsables de la comunicación del propio Gobierno, que se han venido encargando de tratar dinamitar desde dentro este proceso.

¿Hasta dónde serán capaces de llegar?

La mano que mece la cuna no ha parado, ni parará, de hacer todo lo posible por evitar lo inevitable. Primero presionaron para que echaran a Candelaria Rodríguez, luego presionaron para que el responsable de esta etapa de cambio, Nino Díaz, también fuera cesado. Luego intentaron doblegar voluntades para, al menos, recuperar el control para el 2018.

Ahora viendo que no les está saliendo bien la jugada pretenden que el Cabildo de Gran Canaria se quede con el Festival para poder seguir controlándolo y porque, en definitiva, ‘su Festival’ es solo para los privilegiados de Las Palmas de Gran Canaria (por eso no conciben que el Festival se dirija desde otro sitio que no sea la capital de su reino).

No. No van a parar de presionar, confabular y maldecir. Cuando no es que las orquestas sinfónicas, que eran estupendas en otras ediciones, ahora no tienen nivel, será que las ventas de abonos baja sin reconocer que han venido bajando año tras año y que en el nuevo modelo estaba previsto que los abonos fueran solo el 14% de los ingresos (de hecho para compensar las pocas ventas en ediciones anteriores se dedicaban a regalar entradas a mansalva para llenar artificialmente los auditorios). O dirán en sesudas críticas que la programación ha sido horrible, que la calidad de interpretación ha sido pésima y que hasta el clima se ha puesto en contra.