Dibujo sobre los aparatos que se utilizan para grabar

El Tonmeister Antonio Miranda, uno de los más reputados ingenieros de sonido en Europa, me mandaba esta mañana la viñeta que acompaña este texto. Se trata de una reflexión / chiste del productor de Nashville y propietario de los estudios Rukkus Room, Jamie Tate, sobre los procesos de grabación modernos.

Efectivamente, hoy en día volvemos a grabar con sofisticados equipos analógicos vintage, bien con los auténticos equipos originales restaurados o con nuevas versiones montadas a mano que cuestan un dineral en ambos casos, para luego convertirlo todo en un entorno digital de última generación, que también cuesta un pastizal, para finalizar con un mastering que mezcla también lo analógico vintage con lo último en ‘digital y tal’… Todo para conseguir en estudio un sonido de una calidad, transparencia y calidez sobrecogedora.

Calidad, transparencia y calidez que se va al garete cuando se pasa a un formato comprimido, como el mp3, para que el usuario final lo escuche con unos auriculares de usar y tirar que se los regalaron en el tren o en el avión.